Té caliente, un estimulante del cáncer de esófago
El cáncer de esófago está dentro de los diez cánceres más habituales en el mundo. Su acaecimiento despliega grandes diversificaciones geográficas, encabezando la lista Asia y África Central y del Sur con más de 100 casos por 100.000 habitantes/año. En el caso de Europa, las tasas más altas la posee Rusia, luego Francia, Reino Unido e Irlanda. España está en un término medio de incidencias, con una aproximado de 8/100.000 hombres y 1/100.000 mujeres.
Según el documento Las cifras del cáncer en España 2017, la incidencia de cáncer de esófago en el país es del 83.9% en varones. La mortalidad es del 1.72% de las víctimas por cáncer. El estimado a 5 años es de 2238 casos de cáncer de esófago.
Para quienes son asiduos consumidores del té, un consejo apropiado sería que lo dejen enfriar antes de ingerirlo. Pues, según investigaciones recientes, resulta que consumir el té muy caliente es una estimulante para el desarrollo del cáncer de esófago, si junto a ello se combina con alcohol y cigarrillos.
La revista Annals of Internal Medicine dio a conocer que basado en seguimientos a largo plazo en un estudio del que formaron parte unas 450 000 personas los investigadores hallaron que las personas de países como China, que fueron grandes consumidores de té, bebieron grandes cantidades de ron y fumaban tuvieron cinco veces más el riesgo de tener un cáncer de esófago que todos aquellos que no tienen cualquiera de estos hábitos.
Este tipo de cáncer ha ido aumentando y su tasa de supervivencia es ínfima, sobre todo en las regiones menos desarrolladas. La mezcla de esta tríada de productos está relacionada con un mayor riesgo de carcinoma del tipo células laminares del esófago, que son las que recubren el esófago.
Según la Sociedad Estadounidense del Cáncer, este tipo de tumoraciones es el más frecuente en el caso del cáncer de esófago, en Estados Unidos. A decir de Jun Lv, autor principal del estudio y epidemiólogo del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Pekín el estudio arroja que el consumo habitual de líquidos hirvientes puede dar lugar a lesiones en las células que cubren el esófago. Fumar y beber en exceso, sumado al calor en el revestimiento del esófago puede aumentar la posibilidad de daños en ese órgano del cuerpo lo que puede terminar dañando el ADN en las células que cubren la zona.
Los bebedores de té, principalmente los varones chinos, son por demás, proclives a fumar y beber alcohol. En la investigación, los estudiosos, examinaron datos de cerca de 456.000 personas en China en edades de 30 a 79 años.
Una vez iniciado el estudio, las personas acabaron un cuestionario de estilo de vida donde se les preguntaba con qué asiduidad consumían té, en qué cantidades, la manera de preparar la bebida y qué tipo de té que consumieron.
