Es de mala educación no ayudar a una mujer embarazada
Amy Natasha Botten está, según sus propias palabras, "muy embarazada" y no podía subir toda la compra a su segundo piso sin ascensor. Además, su hijo pequeño estaba llorando solo arriba. Se le ocurrió pedir ayudar al repartidor, pero este se negó a subirle siquiera una bolsa de la compra. Asdas, la empresa, le mandó unas rosas y champán a modo de disculpa. Un champán que tendrá que guardar para cuando nazca el bebé.