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lunes, 2 de julio de 2018

Los seropositivos en Latinoamérica lo tendrán más difícil

Por Jacky

En las estadísticas mundiales, la mayoría de las personas que padecen de VIH se encuentran entre las más vulnerables. Para apoyar a los países en el tratamiento a las personas con esta enfermedad, existe un Fondo Global, sin embargo este se retira a aquellos países que alcanzan cierto nivel de ingresos, pues se supone que los gobiernos sean capaces de hacerse cargo de las personas seropositivas. Pero la ONG Salud por Derecho señala que no se cumple en todos los países y que, de hecho, en aquellos en los que la ayuda se ha retirado la incidencia de la enfermedad ha aumentado. De ahí que planteen su preocupación por lo que podría pasar en países de la región que serán retirados de la ayuda.

Padecer enfermedades de alto riesgo nos hace ser vulnerables y una de estas es el VIH, un flagelo que afecta ya a alrededor de 36,7 millones de personas. Específicamente estas están entre las más vulnerables del planeta pues, en general, entre sus características están que residen en paupérrimas zonas del África subsahariana o se encuentran entre las minorías de países de ingresos medios donde son discriminados por su condición. Además, en algunas regiones no reciben el tratamiento adecuado o ni siquiera saben que son seropositivos.

Para llegar a todas estas personas y aportarles asistencia son cruciales los recursos que aportan países desarrollados a través del Fondo Global, organismo que los regulariza para luchar contra el sida, la malaria y la tuberculosis en el mundo. Sin embargo, cuando los países alcanzan cierto nivel de ingresos, los donantes se van retirando poco a poco.

Aunque el modelo parece bastante justos no siempre lo es, y esa es la denuncia en la que se basa la ONG Salud por Derecho, que recientemente lanzó en Latinoamérica y el Caribe su campaña Nadie puede desaparecer, encaminada a denunciar la falta de financiación en la lucha contra el VIH y alertar sobre la salida de la ayuda internacional en países de renta media, en los que viven más de la mitad de las personas con la enfermedad.

En países Panamá, Belice y Paraguay los fondos van a comenzar a retirarse gradualmente este año. Y en 2019 será el turno de Colombia, Perú y Ecuador. De acuerdo con la directora de Salud por Derecho, Vanessa López, la organización quiere poner de manifiesto una realidad bastante desconocida: que las poblaciones más vulnerables por la enfermedad en países de renta media están siendo abandonadas por gobiernos y por donantes. La activista añade que hay estructuras sociales y una legislación discriminatoria que impiden que reciban servicios, que ya estaban siendo prestados por la sociedad civil con la ayuda internacional.

De acuerdo con los datos, más del 80 por ciento de los seropositivos en los países de renta media son hombres que tienen sexo con otros hombres, trabajadoras del sexo, personas transgénero, reclusos, consumidores de drogas o población indígena. Y como señala López, si bien se supone que el gobierno se encargará de su apoyo y van a dejar de criminalizar estas poblaciones, la evidencia muestra que esto no es así. Por ejemplo, en países de Europa del Este y Asia central que dejaron de recibir ayuda, las infecciones han crecido de manera desproporcionada, con un aumento de un 60 por ciento entre 2010 y 2015, coincidiendo con la retirada de fondos internacionales.

Es por ello que la campaña Nadie puede desaparecer exige al Fondo Global y a los donantes cinco cambios. Este es su manifiesto:

Que no desaparezcan. Esto se refiere a un cambio en las políticas de asignación de recursos que abandonan a las poblaciones más vulnerables de los países de renta media y ponen en riesgo el poder acabar con el VIH en el futuro y todo lo conseguido hasta el momento.

Una ayuda coherente. Solicitan una política de Ayuda Oficial al Desarrollo basada en las nuevas realidades y en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, pues no debe basarse en el concepto obsoleto de reducción de la pobreza, sino en la justica social, inequidad y solidaridad internacional.

Un fondo de rescate. Crear un fondo de rescate para paliar las consecuencias del cierre de servicios en los países que dejaron de recibir la ayuda recientemente y que no disponen de una garantía de que el gobierno asumiera la lucha contra el sida.

Apoyo a la sociedad civil como motor de cambio. La creación de una línea de financiación para abordar el trabajo de abogacía de la sociedad civil en los países que el Fondo Global deje de apoyar económicamente.

Una salida responsable. Exigen un protocolo de actuación precursor de la salida como donante de un país, que asegure que el gobierno tomará su responsabilidad y garantizará el derecho a la salud a toda la ciudadanía, especialmente a las poblaciones más vulnerables que padecen de VIH.