La industria automotriz está cansada
La industria automotriz, una de los negocios más lucrativos del mercado global, está dando pasos en falsos. La venta de autos en las Naciones Unidas en los últimos tres meses, han experimentado un preocupante descenso. Aunque las razones son obvias, hay quienes prefieren atribuir esta disminución, a la brevedad de los meses respecto a las ventas.
Si bien las principales firmas se esfuerzan por esconder estos ¨sutiles¨ desniveles, la empresa impresiona haber alcanzado este año, su punto máximo de saturación. Del conjunto de fabricantes de autos, reconocidos por los Estados Unidos, solamente el grupo Fiat Chrysler (FCA) obtuvo al término de este mes cifras de ventas significativas.
Según expertos del mercado, estas ganancias fueron adquiridas por el alza de las ventas de la reconocida marca Jeep. La FCA ha vendido durante el mes de junio 184.149 vehículos, en tanto la Jeep obtuvo un monto total de 82.641 autos, lo cual representa un 20 % más respecto al año pasado.
La FCA es experta en la fabricación de todoterrenos y todocaminos, y ha logrado favorecerse del trasvase masivo de sus principales consumidores, los americanos. Por su parte, las ventas de las firmas Ford y Toyota experimentaron un descenso de un 4,7 % respectivamente.
No obstante a las decadentes pérdidas, el Grupo Ford se ha empeñado en solapar lo que parece inevitable, recordando los 17 millones de unidades alcanzadas años atrás. De acuerdo con los máximos representantes, a pesar de no contar con una demanda elevada, la reconocida y exitosa marca sigue gozando de buena salud y prosperidad.
Mark LaNeve, quien funge como vicepresidente de Ventas de la Ford, en las Naciones Unidas, aseguró que el mercado automotor se encuentra en uno de sus momentos más fuertes.
LaNeve también aseguró ver en la Ford una esperanza ineludible, pues los precios que estiman para sus vehículos superan los 36 mil dólares, lo que representa 4 mil dólares por encima de la media en este sector.
Al parecer la nueva tendencia de los consumidores supone dar un vuelco a las reconocidas berlinas y abrirle paso a los todocaminos SUV. La decisión ha repercutido en disímiles fabricantes, quienes han comenzado a revelar muestras de preocupación y enfado por lo que parece ser ya un acto inevitable.
