Desde la prisión soñaba con ser candidato al Gobierno
Hace pocas horas Brasil vio su democracia al borde de una crisis, en sus calles se suscitaron hechos que rayaron en la inseguridad y la desestabilización. Los hechos giraron alrededor del reclamo de libertad para el exmandatario Luis Inacio Lula da Silva, que aunque seguirá preso por el momento, ha provocado que el sistema judicial brasileño difícilmente se recupere de la crisis por la que atravesó recientemente.
Una gran mayoría de los juristas en el país suramericano, incluso los miembros de la Corte Suprema, criticaron la actitud pasiva de Carmen Lucia Antunes, presidenta de esa institución.
El prestigioso profesor de Derecho de la Fundación Getulio Vargas, Joaquim Falcao, fue una de las voces que se pronunció al respecto. Según apuntó, independientemente de quién haya sido el error, el gran perdedor de la jornada de domingo fue la estabilidad que requiere cualquier democracia.
Lo peor es que en tanto tenían lugar los acontecimientos en plena calle, el juez Sergio Moro realizó una llamada telefónica a la Policía Federal de Curitiba para que bajo ningún concepto liberaran al líder brasileño. «A Moro no le competía incumplir la sentencia. Eso perjudica la imagen del sistema judicial y trae mucha inseguridad», indicaron algunos expertos.
No obstante a los muros impuestos por la institucionalidad de Brasil, desde la prisión el expresidente insistió en que irá a las urnas en octubre para "recuperar la soberanía del pueblo brasileño".
Agregó el exmandatario que resulta "muy triste" que el Gobierno del presidente Michel Temer, esté "vendiendo" parte del patrimonio público "de forma irresponsable" y "a precio de banana" para "encubrir su ilegitimidad". Recordemos que Temer, en el poder desde hace dos años, alcanzó ese puesto tras un golpe de facto a Dilma Rousseff, seguidora de las ideas de Lula.
Para Lula, Brasil requiere consolidar su soberanía. Desde el pasado7 de abril, el líder del PT cumple una pena de 12 años y un mes por corrupción pasiva y lavado de dinero. En tanto la “justicia” anda en busca de supuestos culpables, lo cierto es que Lula continúa preso y su pueblo, en las calles, no se cansa de exigir su liberación.
