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lunes, 25 de junio de 2018

Los divorciados no quieren estar solos

Por Diana Lorenzo

El sistema de registro civil de Paraguay lo ha confirmado: los guaraníes cada vez se divorcian más. Aun cuando el país no figure en la lista de naciones con mayor incidencia de divorcios en América Latina, la ruptura de matrimonios se ha convertido en un fenómeno frecuente. Es cada vez más común encontrarse a personas divorciadas que decidieron casarse con otras personas. En la mayoría de los casos, de hecho, ese es el móvil fundamental de la ruptura formal: un tercer involucrado.

“Las personas que se divorcian quieren volver a casarse rápidamente. Los casos así son mayoría actualmente. El lunes se emite la sentencia de divorcio y el sábado la nueva pareja ya quiere casarse, solo que deben esperar el tiempo reglamentado”, destaco el secretario general del Registro Civil en Paraguay, Juan Carlos Vega.

Según refiere el titular, durante los últimos 5 años en Paraguay se registraron cerca de de mil divorcios por año, lo que representa el cinco por ciento de los casamientos. Unido a ello se identificó un significativo incremento en la cantidad de parejas que se casan bajo la condición de separación de bienes. Según lo referido por esa entidad, el promedio de casamientos anuales en Paraguay es de 20 mil, aunque tristemente el cinco por ciento de ellos no llegan a feliz término.

En el año 2017, por ejemplo, un diez por ciento de los 15 mil divorcios que ocurrieron, fueron de naturaleza conflictiva, señaló la Dirección Nacional de Estadísticas y Censos. Los motivos fundamentales del incremento en las disoluciones matrimoniales en el país son los problemas económicos, la violencia o maltrato intrafamiliar, la adicción a las drogas, y al adulterio, según aseguran especialistas del tema, luego de aplicar encuestas y sondeos.

En Paraguay, como en el resto de América Latina, divorciarse se ha convertido en una práctica que no implica problemas o trabas. La sociedad perdió “el miedo” a la figura de la disolución. Hoy ya no constituye un tema tabú que estigmatice la figura de la mujer fundamentalmente, como lo fue décadas atrás.

Permanecer atada a un matrimonio, a una persona, por el “que dirán” o por vergüenza de ir contra la tradición, es historia pasada para la mayoría; aun cuando no han dejado de ser sociedades profundamente religiosas. Eso sí, divorciarse tiene su coste, y nada económico.

Una separación de mutuo acuerdo en Paraguay tiene un costo aproximado de 10 millones de guaraníes (cerca de mil 730 dólares). En caso de que la ruptura sea conflictiva se aumentan los costes, ascendiendo a más de 18 millones, casi tres mil 100 dólares.