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martes, 19 de junio de 2018

La vejez, un privilegio que no tenemos todos

Por Janet

Desde tiempos remotos la vejez ha sido entendida de forma diversa por las distintas culturas atendiendo a la representación que éstas le daban a la ancianidad, lo que evidencia que el término vejez, además de asociarse a características físicas está en fuerte relación con la sociedad y con las relaciones sociales que en ella se desarrollan. En la cultura primitiva, los ancianos eran personas estimadas por sus tribus, en reconocimiento al saber que acumulaban y la memoria que los relacionaba con los antepasados. Muchos de ellos se constituían en verdaderos intermediarios entre el presente y el más allá. Los llamados brujos de la época eran hombres de edad avanzada, también se dedicaban a curar, educar y ser jueces ante conflictos.

En esas sociedades era frecuente que denominaran .ancianos. A aquellas personas que realizaban labores importantes. Es decir, la vejez se asociaba con la sabiduría, el registro histórico de la comunidad, y con la capacidad de una comunicación sobrenatural. En las sociedades antiguas llegar a edades avanzadas representaba un privilegio, una proeza que no podía lograrse sin la ayuda de los dioses, por tanto, la longevidad equivalía a un premio divino dado a los justos.

En la Grecia antigua, sin embargo, los dioses creían en la belleza, por lo que la vejez producto del deterioro inevitable que trae consigo, significaba una ofensa para éstos. Este período está marcado por filósofos que abordan el tema como por ejemplo, Aristóteles que se refiere a la vejez en su tratado sobre la duración y brevedad de la vida, sobre la vida y la muerte, y sobre la respiración, y en donde explica la idea de que las personas mayores son seres imposibilitados para el conocimiento.

En la literatura de ese tiempo, la vejez es un tema abarcado por pocos autores; uno de sus representantes, Minois, la resume como: .Vejez maldita y patética de las tragedias, vejez ridícula y repulsiva de las comedias; vejez contradictoria y ambigua de los filósofos. Por su parte, Hipócrates ve estrechamente ligado el envejecimiento al desarrollo; también Platón habla de ella, relacionando la vejez feliz a la virtud, los halaga expresando que es la etapa donde los hombres alcanzan la sensatez, la astucia y la capacidad de juicio. Estos últimos han reflexionado con frecuencia sobre el misterio de esta etapa. Muestra de la visión que éstos tienen sobre la vejez, es el hecho de que, es en Grecia donde se crean por primera vez instituciones de caridad para el cuidado de los ancianos necesitados. Las leyes atenienses que insistían en el respeto a los padres ancianos no eran muy acatadas, y los ancianos fueron perdiendo poder desde la era arcaica.

En la tradición hebreo-cristiana los ancianos ocuparon un lugar privilegiado. Para esta cultura las personas mayores son portadoras de un espíritu divino y dotado de una misión sagrada, el poder que ejercían éstos era respetado por todos. La cultura romana en principio brindó especial vigilancia a los ancianos, planteando sus inquietudes y problemas desde diversos ámbitos; éstos tenían poder familiar y político; transcurrido unos largos años esta concepción sobre los ancianos fue cambiando, convirtiéndose los mismos, en sujetos despreciados, por lo que fueron perdiendo el poder que les había sido otorgado.

El cristianismo de la Edad Media favoreció el cuidado de los ancianos, debido a que las Iglesias se hacían cargo de éstos, brindándoles cuidados especiales en los hospitales cristianos. Por esta época, surge la preocupación de un retiro seguro para estas personas por lo que son acogidas en los monasterios. Al ser la iglesia una institución respetada por todos, impuso la ley de la monogamia para las sociedades, lo que trajo consigo una mayor unión familiar y un respeto hacia los ancianos que vivían al interior de las familias. Esta impuso el respeto hacia las personas mayores, siendo reconocidos como los padres de familia.

El Renacimiento por su parte, fue un período de abierta oposición a la vejez, sobre todo a las ancianas, que fueron las más rechazadas. Con la llegada del mundo moderno se crea un mecanismo de recompensa para las personas mayores que han trabajado más de cincuenta años, lo que más tarde devino en las reconocidas jubilaciones; estableciéndose así la existencia de seguros sociales como medio de protección para los ancianos. En Cuba los ancianos poseen una especial atención por parte del gobierno quien les ofrece cuidados de manera totalmente gratis.