Enviar por email

tu nombre: email destino: mensaje:
Nombre de Usuario: Email: Contraseña: Confirmar Contraseña:
Entra con
Confirmando registro ...

Edita tu perfil:

Usuario:
País: Población: Provincia:
Género: Cumpleaños:
Email: Web:
Como te describes:
Contraseña: Nueva contraseña: Repite contraseña:

jueves, 24 de mayo de 2018

¿Por qué usamos muletillas en las conversaciones?

Por EvelynR

Es bastante usual que en las conversaciones nos auxiliemos de muletillas para tener tiempo y organizar nuestras ideas pero también solemos usar sonidos como «mmm» o «eeh» (nunca otro, como «aah»), para disminuir el ritmo de la conversación pero no detenerla. De acuerdo con los especialistas, estos sonidos al parecer tienen la función de indicar que necesitamos nuestro tiempo pero que estamos en ello.

Una reciente investigación concluyó que estos sonidos son más frecuentes en el habla cuando se usan delante un nombre, y más raros cuando les sigue un verbo. Investigadores de la Universidad de Zúrich y Ámsterdam analizaron estas pausas del discurso en varias lenguas, para averiguar cómo trabaja el cerebro durante el habla y consideran que esta ralentización está vinculada con dificultades para decir nombres, pues son palabras que suelen aportar nueva información.

Los autores, Frank Seifart y Balthasar Bickel, científicos de las universidades de Ámsterdam y Zúrich, respectivamente, buscaron la ralentización antes de ciertos nombres, como la palabra «amigo», y verbos, como «venir»; midieron la velocidad de articulación de sonidos y analizaron si las personas hacían sonidos para indicar pausas. Así fue como determinaron que la ralentización es más frecuente antes de los nombres que de los verbos.

Ambos especialistas analizaron miles de grabaciones de conversaciones en diversas poblaciones del mundo, en inglés, holandés, y de personas procedentes del Amazonas, Siberia, Himalaya y el desierto del Kalahari. Estos descubrieron que en una diversa colección de lenguas hay una tendencia clara a la ralentización delante de nombres, debido a que estos son más difíciles de planificar porque por lo general solo se usan cuando representan nueva información y si no, son omitidos o reemplazados por pronombres.

Según los autores, este descubrimiento señala, en primer lugar, que es necesario que la neurociencia realice estudios sistemáticos del lenguaje en un entorno natural y con datos más masivos. En segundo lugar, creen que el inglés no debe ser una referencia tan importante, pues ellos constataron que tiene un comportamiento excepcional y, por tanto, no representativo, comparado con los otros idiomas estudiados.

Los investigadores también plantearon la cuestión de cómo afectan las nuevas tecnologías al lenguaje humano, si las pausas naturales delante de los nombres ya no son necesarias al chatear o escribir mensajes, por ejemplo.