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viernes, 18 de mayo de 2018

Dos presidentes, una relación ¿de influencias?

Por Diana M.

Se han constituido como un enigmático y singular binomio. Tanto el presidente de Francia Emmanuel Macron, como su homólogo estadounidense Donald Trump han desarrollado una inusual relación personal que ha puesto a cuestionar a más de un factor en el mundo ¿qué se esconde tras esa conexión? Como factor común, ambos mandatarios proceden de partidos tradicionales. Quizás sea esa la línea que los ha unido al punto que Macron fue el primer líder europeo en realizar una visita de Estado bajo el mandato de Donald Trump. Aunque sinceramente, no es esta la primera vez que las relaciones de Emmanuel Macron llaman la atención.

A pocas semanas de asumir sus funciones, el presidente francés dejó a un lado a los tradicionales aliados nacionales y en cambio decidió acercarse a su homólogo ruso Vladimir Putin, como primer invitado extranjero. Sus acciones a veces se contradicen, también es cierto, pero alguna extraña lógica puede haber detrás, lo que se sabrá en su momento. Un claro ejemplo es que en tanto planea una visita al Kremlin este mes, Macron ha ordenado recientemente un ataque aéreo contra Siria, país aliado de Rusia.

Su enfoque también ha traído consigo algunos roces diplomáticos. El más reciente fue con Ankara, ocasionado por el hecho de que Francia podría constituir un mediador entre Turquía y los kurdos. Pero ninguno de estos acontecimientos, ha captado tanto la atención internacional como su conecto con Donald Trump.

Cercanos pese a las diferencias

En apariencia los separas un sinfín de rasgos y atributos: diferencia de edades, visiones y valores políticos, estilos de trabajo, personalidades, bagajes culturales, intereses, y especialmente distintas estrategias en cuanto el uso de los medios. Y pese a todo ello, el francés identifica sus relaciones como "muy cercanas", y en efecto, han demostrado que las tienen. Famosas se han convertido sus frecuentes, largas y francas conversaciones telefónicas.

Nuevo contacto europeo

La relación entre ambos mandatarios ha colocado a Francia en una posición privilegiada con respecto a Alemania y al Reino Unido, siendo el contacto primario de Estados Unidos en Europa. A ello ha contribuido además la salida británica de la Unión Europea de conjunto a las políticas alemanas en comercio e inmigración. Es así que no ha pasado inadvertido que es justo Macron y no Theresa May o Angela Merkel quien haya realizado la primera visita de Estado durante la presidencia de Trump.

¿Qué otros elementos se escudan tras la nueva sintonía franco-estadounidense?

Ambos mandatarios, condicionados por contextos diferentes, igualmente sacudieron los sistemas políticos de sus países. Cada cual, a su forma, expresa abiertamente su modo de pensar, los dos ansiosos por proyectar una imagen de fuerza. Y por si fuera poco, los estadounidenses le identifican con la icónica imagen de belleza americana viril. Y les agrada.

A los franceses les ha resultado más fácil adaptarse a la presidencia y las maneras de Trump, porque no habían tenido una cercanía similar a otro presidente de EEUU como si fue el caso de Alemania y el Reino Unido.

Intereses mutuos

Francia ha demostrado pragmatismo en su relación con Washington. Más allá de cualquier moralismo, Macron ha sabido mantener una alianza basada en intereses mutuos. Intereses mutuos dominados fundamentalmente por la seguridad y la lucha contra el terrorismo. Francia, en su afán de luchar contra el terrorismo, necesita a los EE.UU. en tanto, como refieren los analistas, París se ha convertido en la mejor apuesta de Washington ante la reticencia británica a las campañas militares luego de Irak.

El punto de partida de Trump respecto a los asuntos de seguridad se han correspondido con los intereses de la agenda de Macron. El líder de la nación estadounidense ha sido enfático en exigirles a los miembros de la Unión Europea que asuman un papel más importante en su propia seguridad, incrementando sus gastos al 2% del PIB respecto a los gastos de defensa.

De hecho, Macron ha prometido que su país alcanzará esa meta en el año 2025, para ayudar también así a que Europa tenga más autonomía en las áreas de seguridad y defensa.

Influencia en duda

Politicamente peligrosa puede resultar para Macron esta cercanía a Trump así que el presidente necesita tener algo más para mostrar al mundo. Hace pocas semanas, después de su visita a los Estados Unidos, Macron dijo haber convencido a su par americano de permanecer en Siria, aunque fue desmentido de inmediato por la Casa Blanca.

La realidad es que más allá de especulaciones del propio presidente o sus seguidores, y pese a las crecientes expectativas, no hay evidencias de que la influencia del líder francés sobre Trump haya surtido efecto en temas claves como son el cambio climático, el estatus de Jerusalén o el acuerdo nuclear con Irán.